¿A cuánto el kilo de valor?

Recientemente leía en un estado de Whatsapp un texto que decía "es increíble lo mucho que puede cambiar tu vida si tuvieras el valor de decir ya no más".

Lo primero que vino a mi mente fue una utopía: ¿y si pudieran vender el valor por kilos? Escucharíamos cosas como: quiero dos kilos de valor, estoy ahorrando para comprar valor, el primo del amigo del vecino tiene un depósito full de valor...

Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay

Y es que a veces, por falta de este inapreciable bien, dejas que se te olvide poquito a poco que eres el director y productor de tu propia película y dejas que sean otros quienes te asignen un papel en la de ellos, y cuando digo otros puede ser cualquier prójimo, parejas, hijos, padres, vecinos, jefes, gobierno, y hasta el perro, el gato y el chivo, diría mi tía María Ramos.

La falta de coraje disfrazada de bondad, amabilidad y disposición de ir en armonía con ellos, va cruzando la línea que marca la frontera con la sumisión y sin darte cuenta ya estás de aquel lado, como extranjero de tu propia vida; ya no haces ni eliges por ti y para ti, has cedido tanto a los parámetros de los otros que has olvidado los tuyos.

Acto seguido se instala la víctima dentro de ti, y desde ese papel todos los demás son culpables de lo que ocurre en tu vida. Si fulano no fuera equis o ye, yo pudiera ser/hacer zeta... Tu propia alma se convierte en tu ex, la dejaste por otras personas pero ella quiere que regreses a ella, que regreses a ti; y tú en el fondo quieres ir con ella pero no sabes cómo, lo has olvidado.

Ya en este punto es como si estuvieras dormido(a), pensando que esta es tu realidad y no te queda de otra. Pero, ¿qué tal si es al revés, si tu realidad es otra, una mejor? ¿Y si el sueño es este que vives ahora y no el que ocurre cada noche mientras duermes? Imagínate que puedes despertar y dirigirlo a tu favor.

¿Qué tal si un día regresas a ti, contigo? Abrazando el miedo, con valor, aprovechando que es gratis pues, y dejando de lado los yo-no-puedo, yo-no-sirvo-pa'-eso, yo-ya-tengo-140-años, etcétera.

Valor
Imagen de Comfreak en Pixabay

Tener valor para hacer algo no siempre implica irse, abandonar ni renunciar, puede ser simplemente quedarte allí porque quieres, y voltear la tortilla, todo a tu favor, todo por tu bienestar, en armonía perfecta con todo aquel; ¿suena a cuento de hadas?, pero se puede. 

Es ejercer la vida sin miedo al mundo exterior porque... total, en la vida real de cualquier manera habrás sido Maléfica para algunos y la Madre Teresa de Calcuta para otros. Como decían en otro estado de Facebook: te van a criticar por todo, tú sigue echándole azúcar a las caraotas (a las mías solo queso, por favor).

Si se pudiera comprar el valor por kilos o unidades tal vez sería más fácil tenerlo pero, como te digo arriba, es una ilusión, y como no se puede comprar hay que forjarlo recordando quién somos y qué queremos, ¡eso significa que ya lo tenemos!, siempre ha estado allí y solo hay que desenterrarlo, darle brillo y empezar a usarlo.

Naciste valiente, ¿ya se te olvidó que resultaste ganador en una carrera de más de doscientos millones de espermatozoides? Escribe tu propio guión y coge las riendas de tu caballo, que en el fondo es un corcel. Yo solo pasaba por aquí para que lo recuerdes.

Hasta un próximo abrazo virtual.

Comentarios

Entradas populares