Cronología de una venganza. Parte X: Reencuentro

Mayo, 2019. Suele suceder que, justo antes de que amanezca vemos que la madrugada parece más oscura. De ese mismo modo vivió Emily las últimas semanas antes de su inminente viaje, en las que las dificultades económicas arreciaban hasta el punto de haber estado muy cerca de no tener nada qué comer. Haber contado con la ayuda y presencia de sus padres y hermanos fue lo único que hizo todo más llevadero.

Junio, 2019. Sin saber los años que pasaría sin volver a su pueblo y con un nudo en la garganta contra el que luchaba internamente por no dejarle salir, se despidió ella de su familia llevando consigo a su hija, inocente de los grandes cambios que se darían en su entorno. Y así, pasando rápidamente la vista por la casa en la que vivió llorando y a veces riendo, las plantas que sembró; el monumento a una virgen y las descuidadas calles y fachadas de la entrada del pueblo, se alejaron las dos para recorrer miles de kilómetros hasta su nuevo destino.


    Habiendo pasado por un largo y tortuoso viaje, finalmente llegaron al que sería su nuevo hogar. Pero John no estaba, para entonces trabajaba viajando y no pudo estar para recibirlas. Asi que las dos pasaron sus primeros días solas, como antes; hasta que unas noches después, finalmente él llegó a casa e inmediatamente sucedieron los fuertes y entrañables abrazos que esperaron durante un año entero.

    Ahora todo debía marchar mucho mejor, estando juntos los tres nuevamente como la familia que habían decidido seguir siendo, pese a los fallos de cada uno, en una tierra segura, tranquila, la que se suponía ofrecería más oportunidades de bienestar. ¿Qué podía salir mal?


Enero, 2020. La crisis del alma... Eso siempre puede salir mal. Por primera vez Emily conoció la cara de la mentada depresión, un profundo padecer que solo le trajo apatía, desesperanza, constantes ganas de llorar, incluso haciendo tareas cotidianas y sin motivos aparentes; cuestionamiento de su propósito en esta vida; subestimación de lo que había logrado hasta entonces, además de pensamientos fugaces de querer estar en el otro plano, los cuales se esfumaban cuando recordaba que tenía una hija pequeña qué cuidar. Ahora solo quería llorar, ¿pero, por qué?

Febrero, 2020. Como aún tenía un mínimo de voluntad para salvarse a sí misma, se refugió en sus familiares muertos a quienes hablaba mentalmente queriendo creer que podían oirla. Entre otras cosas pidió a ellos fortaleza, compañía y una guía que la llevase de la mano como si tuviera cinco años, cada vez que no supiese qué hacer; y, como una casualidad de la vida, a través de un mensaje de texto apareció una vieja amiga de su pasado, quien era terapeuta y la ayudaría durante los próximos meses a transitar su noche oscura del alma.

   Entre meditaciones, cartas entregadas al fuego y un sinfín de actividades terapéuticas, Emily comenzó un viaje de transformación personal interna para perdonar y sanar viejas heridas y limpiar memorias de dolor. Pero aquel era un trabajo constante y no en todos los casos arrojaría resultados de la noche a la mañana, así que algunas lesiones emocionales seguían allí, viviendo en ella y a su vez, sosteniendo con vida a su resentimiento, haciéndole olvidar de vez en cuando las prácticas y enseñanzas de su amiga, y enfocarse en los defectos y las faltas de John.

Diciembre, 2020. "Cuando estabas aquí sin nosotras, decías que nos extrañabas mucho y lo mucho que te gustaría que estuviésemos juntos los tres en Navidad. Ahora estamos aquí frente a ti y ni siquiera nos miras, parece que tu cuerpo está ahí sentado, pero tú estás dentro de tu teléfono, compartiendo con otras personas".

    Fueron esas las palabras de Emily hacia John durante una Nochebuena mientras estaban los tres en la mesa, después de haber observado durante varios minutos en silencio cómo él mensajeaba con conocidos y familiares suyos regados por el mundo, como si las dos que tenía en frente fuesen invisibles para él.



    Y es que en el fondo ella había empezado a notar que John no se hallaba en aquel lugar, sabía que realmente él nunca quiso hacer ese viaje. Era un hombre de ideas fijas, no le gustaba el entorno, ni el clima frío, ni las distintas maneras de relacionarse; le era imposible adaptarse completamente,  a menudo se quejaba y comparaba las diferencias culturales, y recordaba con anhelo los tiempos pasados de su vida.

Diciembre, 2021. Aún así, durante un par de años intentaron continuar la vida en pareja, mientras Emily albergaba la esperanza de dar a su hija una familia estable como aquella de la que ella provenía. Pero la sombra de la desconfianza seguía conviviendo con ellos, porque cuando hay relaciones disfuncionales, vacíos, traumas y heridas, no será un cambio geográfico lo que traiga la paz y la sanación, pues todos esos problemas no resueltos, nunca hablados, nunca perdonados, se meten en nuestras maletas sin preguntar a nadie si podían ir, y marchan con nosotros adonde quiera que vayamos.


Comentarios

  1. Capitulo desgarrador. Emily amaba a Jhon, soportó demasiado

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  2. Yo creo que no lo amaba, quizás costumbre y las ganas de que su hija creciera al lado de su padre ,

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